México 27 diciembre._ El Near-Earth Object Surveyor (NEO Surveyor) de la NASA, un telescopio espacial diseñado para buscar los asteroides y cometas más esquivos, ha superado una rigurosa revisión técnica y programática.
Ahora la misión está en transición hacia la fase final de diseño y fabricación y estableciendo su base técnica, de costes y de calendario.
La misión apoya los objetivos de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA (PDCO): descubrir y caracterizar al menos el 90% de los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros de diámetro que se acercan a menos de 48 millones de kilómetros de la órbita de nuestro planeta.
Los objetos de este tamaño son capaces de causar importantes daños regionales, o algo peor, si impactan contra la Tierra.
«NEO Surveyor representa la próxima generación para la capacidad de la NASA de detectar, rastrear y caracterizar rápidamente objetos cercanos a la Tierra potencialmente peligrosos», dijo en un comunicado Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria de la NASA en PDCO.
Vigilar los cielos
«Los telescopios terrestres siguen siendo esenciales para que podamos vigilar continuamente los cielos, pero un observatorio infrarrojo basado en el espacio es la última altura que permitirá la estrategia de defensa planetaria de la NASA.»
Gestionado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro, NEO Surveyor viajará 1,5 millones de kilómetros hasta una región de estabilidad gravitatoria -llamada punto de Lagrange L1- entre la Tierra y el Sol, donde la nave orbitará durante sus cinco años de misión principal.
Desde este lugar, el NEO Surveyor observará el sistema solar en longitudes de onda infrarrojas, es decir, luz invisible para el ojo humano. Debido a que estas longitudes de onda están bloqueadas en su mayor parte por la atmósfera terrestre, los grandes observatorios terrestres pueden pasar por alto objetos cercanos a la Tierra que este telescopio espacial podrá detectar gracias a su modesta abertura colectora de luz de casi 50 centímetros.
Fuente: europapress.es