Oscar Flores Choperena, coordinador del Centro de Emprendimiento y Aceleración de Negocios (CEAN) de la Universidad Iberoamericana, explica la diferencia entre emprender y hacerlo ejecutando un modelo de negocio.
De acuerdo con los últimos datos compartidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en mayo de 2022, México tuvo un registro de 5 millones 528 mil 698 negocios, la mayoría pertenecientes al sector terciario. Es decir, comercio y servicios.
Sin embargo, las cifras de supervivencia de los emprendimientos en el país no son muy positivas: 33% de las empresas mueren durante su primer año, 65% cierran a los 5 años y 76% fracasan al cumplir los 10 años.
Cuando emprendemos tenemos una idea pero no siempre sabemos cómo llevarla a cabo y terminamos improvisando. Por otro lado, cuando ejecutamos un modelo de negocio sabemos cómo funciona el mercado al que vamos dirigidos y estudiamos las opciones para tener mejores probabilidades de éxito, señala Choperena.
Fracaso
En su informe “Radiografía del Emprendimiento en México 2021”, la Asociación de Emprendedores de México (Asem) revela que la falta de liquidez es la principal causa por la que fracasan los negocios en nuestro país (35%), seguida del desconocimiento del mercado (34%) y la mala administración (29%).
Las cifras apoyan la explicación que nos comparte el coordinador del CEAN y dejan claro que iniciar un negocio no es una actividad trivial, en ella estamos invirtiendo nuestro tiempo y dinero, por lo cual resulta evidente que debemos prepararnos para asumir ese reto con la información suficiente, pero ¿cómo debemos iniciar un modelo de negocio?
En el imaginario colectivo, el creador de una empresa dirige su negocio desde una oficina donde delega el trabajo a sus empleados. En la realidad, es el propio emprendedor el que más horas y esfuerzo le dedica a su proyecto, que muchas veces inicia con un equipo muy pequeño.
Fuente: ibero.mx