Un reto en materia de salud es minimizar las enfermedades de las y los adultos mayores desde la alimentación, ya que en México hay casi 18 millones de personas mayores de 60 años, cifra que de acuerdo a estimaciones del Inegi podría duplicarse en 2030, afirmó Miriam López Teros, Coordinadora de la Especialidad en Nutrición Gerontológica del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana (IBERO).
En entrevista, la académica contó que esa ha sido una de las prioridades humanistas que ha fomentado esta Casa de Estudios a lo largo de seis años, para que las personas de 60 años y más, basen su alimentación con nutrimentos prioritarios, debido a que en esta etapa de la vida ya han perdido masa muscular, densidad ósea y han aumentado el tejido adiposo, además de que desarrollan padecimientos como la sarcopenia, la osteoporosis, la obesidad y la hipertensión.
La IBERO, desde 2018, cuenta con un programa único para la Especialidad en Nutrición Gerontológica y un Centro de Evaluación del Adulto Mayor. Esta clínica que atiende a personas mayores de 60 años, tanto de la comunidad universitaria como del público en general, para que mejoren su salud y eviten enfermedades como el síndrome de fragilidad y trastornos gastrointestinales
López Teros explicó que entre los nutrimentos prioritarios para este sector poblacional se encuentran las proteínas y la vitamina D, ya que ayudan a evitar deficiencias musculares y cardiovasculares o enfermedades renales y gástricas, mientras que los alimentos que deben evitar son los procesados, ya que cuentan con alto contenido de grasas, azúcares y sales.
“Cada adulto mayor es único, la Dieta de la Milpa (maíz, chile, calabaza, frijol) es saludable porque contiene antioxidantes. Incrementar la ingesta de verduras, leguminosas, fibras y proteínas contenidas en el pollo y pescado. Buscar lácteos no altos en grasas, preferir los quesos blancos, las almendras, la nuez, los frutos rojos y las frutas de temporada accesibles a su economía”, detalló.