Gerardo Sordo, fundador de BrandMe, fue nombrado emprendedor del año de Latinoamérica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
El triunfo sucede después de haber competido con otros 9 jóvenes en la categoría de emprendedores, dentro del listado de los 35 innovadores latinoamericanos menores de 35 años, de 2020.
Mientras que en las categorías de humanitarios, inventores, pioneros y visionarios, en las que hubo otros cuatro concursantes mexicanos, los ganadores fueron de Colombia, Brasil, Chile y Venezuela, respectivamente.
Gerardo, en entrevista para Tec Review, cuenta que después de que BrandMe ya había sido nominada en dos ocasiones en el concurso del MIT, en esta ocasión finalmente logró convencer al jurado de la trascendencia de su empresa.
“En este año mejoramos BrandMe, la cual es una plataforma para el ecosistema de patrocinios digitales, cuya finalidad es que las marcas puedan tomar mejores decisiones sobre qué creador de contenido contratar”, expresa Sordo.
Se trata de un algoritmo alimentado diariamente con información pública de las redes sociales de los influenciadores. Esto permite estimar cuál es el porcentaje de sus fake followers, además de saber cómo están divididos demográficamente todos sus seguidores y con qué tipo de personas interactúan más.
“De esta manera las marcas pueden saber la autenticidad del influenciador antes de contratarlo, sin que haya pérdida de inversión”, comenta este emprendedor.
El año pasado, según Sordo, hubo una pérdida de 1.3 billones de dólares en fraude de marketing digital a escala mundial, debido a que las marcas invierten de una manera errónea en influenciadores. Ahí está el nicho de BrandMe.
“Este algoritmo lo rentamos a diferentes marcas como Coca Cola. Entonces los tomadores de decisiones de las compañías se basan en nuestras métricas para saber qué influenciador elegir”, explica.
En el Tec se convenció de emprender
Gerardo, de 32 años de edad, es licenciado en mercadotecnia, egresado en 2011 del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, en la Ciudad de México.
“Cuando empecé en el Tec nunca pensé que iba a emprender, pensaba más bien en hacer mi carrera en un corporativo, pero se me cambió el chip gracias a las conversaciones (con profesores) sobre el desarrollo de empresas. Me decían que no hacía falta que viniera de una familia de dinero, porque se puede construir un negocio con las herramientas que se tienen sobre la mesa. Esto se me quedó grabado”, platica.
Este mercadólogo dice, especialmente a los jóvenes deseosos de cristalizar nuevas ideas, que actualmente se vive una época muy afortunada porque si se cuenta con internet y una computadora, es posible echar a andar un proyecto.
“Basta con estudiar ideas de negocios que estén funcionando en otros países y replicarlos en México o estudiar hacia dónde van las tendencias sobre todo en esta época de pandemia. Hay que informarse, ser movidos y empezar a emprender”, concluye.