A pesar de que la mayoría de la población asocia el cáncer con muerte inevitable, es curable si se detecta y atiende a tiempo. Sin embargo, el principal problema que ocurre en el mundo es que se carece de mecanismos eficientes para su identificación temprana, lo cual arroja cifras estremecedoras, afirma el investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Alejandro Zentella Dehesa.
En ocasión del Día Mundial contra el cáncer, comenta en entrevista que, por ejemplo, 60 por ciento de los pacientes con diagnóstico en México van a morir en los siguientes tres a cinco años. Esto no es porque la enfermedad sea mortal, sino porque cuando se descubre ya no se pueden tomar acciones curativas y solo se recurre a medidas para suspender su proceso, hacerla más lenta, pero eventualmente nos va a ganar.
La localización a tiempo y la atención oportuna aumentan significativamente las posibilidades de curarse, y para ello se requiere de la colaboración de las personas quienes deberían tomar con mayor seriedad el cuidado de su salud, sugiere el especialista.
Uno de nuestros grandes enemigos es el intervalo que trascurre entre que el paciente va a la clínica de salud porque tiene tos, y termina en el servicio de oncología; en ese lapso el padecimiento pasa de ser curable a mortal.
En 2024, a iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, la comunidad global conmemora el 4 de febrero la efeméride en la materia, bajo el lema “Por unos cuidados más justos”, y un llamado a unir voces y esfuerzos para actuar contra este trastorno.
En este contexto, el experto de la UNAM recuerda que en México el cáncer es la segunda o tercera causa de fallecimiento, dependiendo del grupo de edad y de la entidad federativa, pero en general las estadísticas de mortalidad lo ubican después de los infartos, derrames cardiovasculares y males asociados al metabolismo, como la diabetes.