Después de tres días en el espacio, los tripulantes de la primera excursión orbital privada, gestionada por la compañía SpaceX, aterrizaron sin incidentes en el Atlántico frente a la costa de Florida, culminando así la primera misión de la historia sin un astronauta profesional a bordo.
Los otros asientos estaban ocupados por Hayley Arceneaux, una asistente médica de 29 años que se convirtió en la estadounidense más joven en ir al espacio; Sian Proctor, una profesora de geografía de 51 años; y Chris Sembroski, de 42 años, exalumno de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
El Inspiration4 despegó el pasado 16 de septiembre desde el Centro Espacial Kennedy en Florida a bordo de un cohete Falcon 9 y alcanzó una altura en órbita de 585 kilómetros alrededor de tres horas después. Orbitando a unos 28.000 km/h, los turistas espaciales dieron la vuelta al mundo más de 15 veces al día.
Tras el aterrizaje, el multimillonario y comandante de la misión, Jared Isaacman, agradeció a la compañía la experiencia. “Ha sido un viaje extraordinario para nosotros y no ha hecho más que empezar”, ha comentado poco después de tocar agua. Un barco de SpaceX recuperó inmediatamente la cápsula, antes de que se abriera su escotilla y los turistas espaciales, sonriendo y agitando los brazos en el aire, salieran uno a uno.
Sin revelar el precio, la excursión orbital supone la primera vez que un equipo enteramente compuesto de civiles realiza un viaje al espacio, pero es de suponer que Isaacman, un magnate de la tecnología que compró la misión, pagó a SpaceX decenas de millones de dólares por esta experiencia.
Los otros asientos estaban ocupados por Hayley Arceneaux, una asistente médica de 29 años que se convirtió en la estadounidense más joven en ir al espacio; Sian Proctor, una profesora de geografía de 51 años; y Chris Sembroski, de 42 años, exalumno de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Antes del viaje, los cuatro entrenaron solo por unos seis meses, mientras los astronautas profesionales pasan años preparándose.
Según la agencia Bloomberg fue el primero de varios vuelos espaciales privados que la compañía de Elon Musk está planeando para los próximos años, y el próximo está programado para principios de 2022; y además sirvió para recaudar 200 millones de dólares en donativos para la investigación del cáncer infantil.
Fuente: El País