A través de un robot colaborativo, estudiantes de sexto semestre de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica del Tec de Monterrey campus San Luis Potosí diseñaron la adaptación de un videojuego cuyo objetivo es desactivar bombas. El proyecto se denomina “Keep talking and nobody explodes”.
Es una idea original de Mauricio Guerrero, Vanessa Franco, Paola Torres y Alberto Flores que denominaron este proyecto como “Misión Imposible: La Bomba” que consiste en que un humano y un robot trabajan de la mano para desactivar artefactos explosivos; el robot interactúa con la bomba pero no sabe cómo manipularla, mientras que la persona no puede verla pero tiene un manual que explica paso a paso cómo desactivarla.
Gustavo Flores, profesor del Departamento de Mecatrónica de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, señaló que en el reto participaron 18 alumnos, quienes durante 10 semanas desarrollaron un total de 4 proyectos diferentes, entre ellos.
El socio formador requería crear un juego para poner la robótica y la automatización al servicio de toda la población, y demostrar que los robots también pueden estar inmersos dentro de la industria del entretenimiento.
La alumna de Ingeniería, Vannesa Franco explicó que el juego requiere comunicación asertiva y la utilización del robot colaborativo resalta la convivencia humano-máquina para resolver un problema de mucha precisión e incluso a través de trabajo de visión computacional.
Instrucciones al robot
El humano “dicta” las instrucciones al robot para desactivar una serie de bombas, cada una con módulos cuya solución se genera de manera aleatoria con cada ronda, por lo que los jugadores deben comunicarse para desactivarlos antes de que se acabe el tiempo o de llegar al límite de fallos.
Se puede resolver en cinco minutos y pueden participar personas de todas las edades al tener dos niveles que son el fácil y exigente. En el primero prácticamente únicamente se deben seguir instrucciones, mientras que el segundo maneja acertijos y/o ecuaciones que hay que resolver.
“Es una buena oportunidad para ver lo que hace un (ingeniero) Mecatrónico, la programación, el diseño mecánico, el diseño eléctrico. Son proyectos muy completos”.
Agradeció la posibilidad de trabajar con Controladores Lógicos Programables, robot colaborativo y cámara industrial, “que en un salón de clases no se utilizan frecuentemente, pero que brindan habilidades para resolver problemas ya como ingenieros profesionales”.
Se cree que es positivo este tipo de retos, porque le ahorran hasta seis meses de capacitación a las empresas, pues los alumnos desarrollan competencias y habilidades que son útiles para la industria.
Por su parte, Sergio Esquivel, director general de RTI Automatización, aseguró que no sólo los estudiantes resultan beneficiados, sino que para las empresas representa la oportunidad de implementar ideas refrescantes, lo cual “nos ha funcionado muy bien para promover nuestra empresa”.
Fuente: elsoldesanluis.com.mx