El proyecto de Facebook surgió en junio de 2019, y en ese momento recibió el respaldo de compañías importantes en el servicio de pagos como Mastercard y Visa. Sin embargo, la idea se fue modificando por preocupaciones de posible lavado de dinero y transacciones sin supervisión.
Facebook tuvo que ceder ante la presión de los organismos reguladores, ya que la influencia de la plataforma podría impactar en las políticas monetarias internacionales. La compañía renunció a sus planes de la criptomoneda, para emitir en su lugar respaldada por una moneda estable.