Publicar fotos de los hijos menores en redes sociales está a punto de dejar de ser una decisión sin consecuencias legales en España. El Ministerio de Juventud prepara una regulación pionera sobre el sharenting, término que mezcla «share» (compartir) y «parenting» (crianza), y que define esa práctica cada vez más habitual de exponer la vida de los niños en plataformas como Instagram, TikTok o Facebook.
La medida no nace de una moda, sino de una preocupación real por los derechos de imagen, privacidad y protección digital de los menores. Porque aunque los padres tengan buenas intenciones, no siempre miden el alcance de esas publicaciones. Lo que empieza como una foto graciosa puede acabar, años después, como material viral, meme o incluso parte de bases de datos de entrenamiento para inteligencia artificial sin que el menor lo sepa.
Sharenting y derechos digitales en el centro del debate
La futura normativa, que se está desarrollando en colaboración con el Ministerio de Infancia y las comunidades autónomas, no busca demonizar a los padres. El objetivo es establecer límites razonables y garantizar que se escuche la voz de los menores en decisiones que les afectan. No se trata de prohibir, sino de proteger.
Del mismo modo, el Gobierno prevé lanzar una campaña de sensibilización sobre las consecuencias del sharenting, enfocada tanto en familias como en creadores de contenido. Esta regulación se enmarca en el nuevo anteproyecto de ley para la protección de los derechos digitales de la infancia y adolescencia, que se espera sea presentado antes de finalizar 2025.











