Lo que parece una partida inocente en línea puede ser la puerta de entrada a un hábito preocupante. Nuevas investigaciones han detectado una conexión directa entre los videojuegos con apuestas encubiertas y el incremento de menores que prueban suerte con dinero real. Las llamadas «loot boxes», ruletas de premios o mejoras aleatorias están generando dinámicas similares a las del juego en casinos, pero con una fachada lúdica que resulta irresistible para los más jóvenes.
El modelo del azar se disfraza de entretenimiento
Estos sistemas de recompensa no son nuevos, pero su evolución ha sido silenciosa y sofisticada. En vez de apostar en una casa física, muchos adolescentes están entrando al mundo del azar desde sus consolas y móviles. Según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja publicado en noviembre de 2025, más del 40% de los jóvenes que interactúan con estas mecánicas ha probado también juegos de azar con dinero real. Además, uno de cada cuatro lo hace con regularidad.
En consecuencia, la línea entre jugar por diversión y apostar por adicción se vuelve más delgada. Aunque los videojuegos con estas funciones suelen estar clasificados como aptos para mayores de edad, en la práctica es fácil que los menores accedan a ellos, especialmente cuando no hay filtros parentales activos o los juegos son gratuitos en apariencia.
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España activa las alertas por ludopatía digital
El problema no termina con los videojuegos. Plataformas de streaming y redes sociales contribuyen a normalizar las apuestas mediante influencers que promueven contenido relacionado con ruletas virtuales y recompensas pagadas. Del mismo modo, se ha detectado que las emociones provocadas por estos premios aleatorios generan efectos similares a los de una apuesta tradicional.
Por otro lado, la edad media en la que los adolescentes comienzan a jugar con dinero real en España es de apenas 15 años. Este dato refleja una urgencia: establecer controles efectivos, normativas más claras y campañas de sensibilización que hablen en el lenguaje de las nuevas generaciones.











