Ariel Picker habla del dilema ético de la IA

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Ariel Picker analizando los retos éticos y sociales de la inteligencia artificial.
Ariel Picker habla del dilema ético de la IA

La Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una infraestructura invisible que condiciona decisiones, conductas y dinámicas sociales.

Desde algoritmos de recomendación hasta sistemas de seguridad avanzada, su presencia crece a un ritmo que desafía la capacidad de regulación y reflexión pública.

Para Ariel Picker, CEO de Seguritech, este desfase es uno de los principales retos del ecosistema digital actual.

¿Cómo abordar a la IA?

Mientras la tecnología avanza, organismos internacionales como la UNESCO han puesto sobre la mesa una advertencia clara; el desarrollo de la IA debe sostenerse en principios éticos que garanticen transparencia, protección de datos y respeto a los derechos humanos.

No se trata solo de innovación, sino de responsabilidad frente a sociedades cada vez más mediadas por decisiones automatizadas.

En México, donde la adopción de soluciones inteligentes se acelera en sectores estratégicos como la seguridad, el debate adquiere una dimensión crítica.

Ariel Picker sostiene que el uso de IA no puede limitarse a criterios de eficiencia operativa; debe responder a una lógica donde el ciudadano y su dignidad sean el eje central del diseño tecnológico.

El directivo enfatiza que el verdadero riesgo no está en la capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de datos, sino en delegar decisiones sensibles sin supervisión humana.

La automatización sin controles claros, advierte, puede generar impactos directos en la privacidad, la seguridad y la interacción social.

Ariel Picker y Seguritech adoptan IA

Ante este escenario, Seguritech ha optado por un modelo de innovación con conciencia.

Su plataforma SAIMON Tech integra análisis avanzado, detección inteligente y evaluación contextual, pero mantiene la intervención humana como un componente estructural, no accesorio.

El objetivo es fortalecer capacidades institucionales sin caer en sesgos ni vulneraciones de derechos.

La visión que impulsa Ariel Picker plantea una pregunta clave para la agenda pública: ¿cómo equilibrar el potencial transformador de la Inteligencia Artificial con la necesidad de preservar valores fundamentales?

En ese punto, la ética deja de ser un discurso y se convierte en una condición indispensable para el futuro digital.

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