En Argentina, el mate ya no es solo sinónimo de tradición; ahora también representa innovación, diseño y experiencias premium. De la mano de productores artesanales y marcas emergentes, los sabores infusionados con frutas, flores o especias están marcando tendencia en el consumo nacional. Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate, entre enero y agosto de 2025 se alcanzaron 222,9 millones de kilos distribuidos, una cifra récord que revela no solo cantidad sino también variedad en el consumo.
Esta expansión encuentra parte de su impulso en los nuevos hábitos de consumidores jóvenes que buscan personalizar su mate diario. Aromas como naranja con jengibre, frutos del bosque o pétalos de rosa se integran al ritual matero, fusionando el pasado con la curiosidad por probar algo distinto sin perder la esencia. Además, las propuestas orgánicas y sin humo también suman protagonismo en góndolas y ferias.
Mate saborizado: del termo al menú de alta cocina
El fenómeno no se limita al living de casa o al break de oficina. Restaurantes de alta gama ya incluyen el mate saborizado en sus cartas, servido con vajilla curada y blends exclusivos que buscan elevar la experiencia. El restaurante Anchoíta, en Buenos Aires, lo ofrece con kombucha de yerba, mientras que otros lo maridan con postres o cócteles.
La marca Playadito, por ejemplo, lanzó nuevas combinaciones frutales que se suman a las de CBSé, pionera en el rubro. Este redescubrimiento del mate como producto gourmet también abre puertas a la exportación con propuestas adaptadas a gustos internacionales.
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