En pleno auge de los videojuegos y con millones de consolas vendidas cada año, España sigue enfrentando un problema viejo pero persistente: los joysticks que fallan por el temido «drift». Aunque los sticks analógicos han evolucionado con tecnologías como Hall Effect para evitar este fallo, existe una alternativa más avanzada, robusta y precisa que aún no ha sido adoptada por los grandes fabricantes. ¿La razón? No es técnica, sino comercial.
La startup suiza Force Engineered Technologies (FET) desarrolló un joystick con sensores de fuerza, eliminando por completo las piezas móviles que suelen desgastarse con el tiempo. Esta tecnología mide la presión aplicada, no el movimiento físico, lo que reduce el riesgo de fallas mecánicas.
Además, ofrece precisión milimétrica, ideal tanto para gaming profesional como para entornos industriales y médicos. El diseño es más compacto y puede integrarse fácilmente en mandos actuales, pero ninguna gran compañía como Sony, Nintendo o Microsoft ha apostado por implementarlo.
Joysticks más duraderos, pero menos rentables
FET no solo tiene la tecnología lista, también cuenta con patentes activas que dificultan su reproducción sin licencia. Sin embargo, la industria parece resistirse. Fabricar sticks que no se desgasten reduciría la demanda de repuestos y nuevos controles, afectando un negocio muy rentable. Además, los costos iniciales de adopción son más altos que las tecnologías actuales. No es un problema de viabilidad, sino de modelo de negocio.
Un informe técnico de agosto de 2025 confirma que el joystick de FET superó 5 millones de ciclos sin desgaste ni desviaciones en la lectura de inputs, algo que ningún stick con efecto Hall ha conseguido.
