México 19 diciembre._ La técnica se basa en la utilización de la túnica flava bovina desnaturalizada y criopreservada y sirve para trasplantes homólogos y heterólogos en casos quirúrgicos que requieran un reemplazo de tejidos importantes, como hernias, eventraciones –mala cicatrización de una intervención quirúrgica– y exéresis de tumores –extirpación completa–.
Ya se ha probado la efectividad de la técnica en trasplantes homólogos y heterólogos, entre individuos vacunos y en ejemplares caninos y equinos.
Esta innovadora técnica es el resultado del trabajo de más veinte años del doctor Oscar Luján, junto con su equipo del área de Medicina y Cirugía Experimental del Departamento de Clínica Animal de la Facultad de Agronomía y Veterinaria en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) en Argentina.
En estas dos décadas largas, el investigador llegó a la conclusión de que “la túnica flava es una membrana biológica de fácil obtención y útil para reparar defectos de la pared abdominal en los bovinos”.
Para obtener esta prótesis biológica, se extrae la túnica flava de animales bovinos recién faenados, se la desengrasa totalmente y se eliminan restos musculares. Inmediatamente se la sumerge en una solución de alcohol etílico 96º y timerosal al 2% por 48 horas.
Luego, se enjuaga la prótesis con solución fisiológica estéril y se la fija en glicerina durante siete días, periodo tras el cual se la enjuaga nuevamente con solución fisiológica estéril y se la pone en el congelador a 80 grados centígrados bajo cero.
Sobre la innovación, Luján explica: “Nos encontrábamos ante la necesidad de un tejido de reemplazo para cubrir estructuras como los anillos herniarios o las pérdidas de tejidos por traumatismos o por exéresis, es decir, extirpación de tumores”.
“Las prótesis de las que disponíamos eran muy débiles. Y pensé en algún tejido que tuviera resistencia y no generara rechazo. Así, surgió la posibilidad de utilizar la túnica flava, que es una parte de la fase abdominal profunda de los bovinos, donde está muy desarrollada, y es lo que se conoce vulgarmente como la telita del vacío; es lo que cubre el músculo recto abdominal. Una vez elegido el tejido, comencé a pensar en el proceso de desnaturalización, con el cual evitar posibles rechazos”.
Y agregó: “La desnaturalización se logró a partir de la combinación de dos sustancias desengrasantes, el timerosal al 2% alcohol de 96º. Llevó muchos años determinar que la proporción ideal para evitar rechazos es exactamente el cincuenta por ciento de cada sustancia”.
Fuente: Fuente: noticiasdelaciencia.com
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