Deambulan fantasmas en uno de los laboratorios del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el célebre MIT estadounidense del que surgen algunas de las tecnologías más prometedoras de las que se tiene noticia.
Esas presencias son, en rigor, protagonistas de un desarrollo que con realidad virtual y aumentada procura crear una nueva forma de comunicarse con los muertos.
A un costado de las tablas ouija y de las sesiones de espiritismo, el plan es tecnológico y consciente de su carácter ilusorio. TeleAbsense —este es el nombre de la movida, que al español podemos traducir como TeleAusencia— tuvo recientemente una presentación que dejó a los asistentes con la boca abierta.
“Es difícil de explicar. Sentí como si ellos estuvieran en la sala, pero al mismo tiempo sabía que eso no es posible”, comentó una de las personas que asistió a la demostración en la que se proyectó la imagen de un pianista etéreo tocando melodías en un piano tangible.
Presencias digitales en el MIT: una “planificación del recuerdo”
“Muchas personas se me acercaron con lágrimas en los ojos, diciéndome que este proyecto les hizo recordar a seres queridos que fallecieron. Una cosa es clara: quieren volver a verlos y hablar con ellos, en términos metafóricos”, dice Hiroshi Ishii, que dirige el proyecto TeleAbsense dentro del grupo de Medios del MIT Media Lab. Él y su equipo aseguran que la búsqueda es crear “encuentros poéticos” que trasciendan al paso del tiempo.
En un paper recientemente publicado y de título elocuente, Presencia, los especialistas explican que lo que ellos llaman TeleAusencia permite las “comunicaciones ilusorias para evocar la sensación de estar presente con quienes ya no están con nosotros”, sin emplear representaciones y expresiones sintéticas o generativas. “Nuestra visión está profundamente inspirada en el concepto portugués ‘saudade‘, que es el deseo por lo amado, las personas, el lugar y el momento, que se vuelve doloroso por su ausencia».
Esta idea surgió en la cabeza de Ishii hace muchos años, en 1998, cuando falleció su madre. Por entonces, creó un bot para Twitter que imitaba el estilo de escritura de esa mujer, que era poeta. Conforme las tecnologías evolucionaron —ahora la redacción sintética es moneda corriente con el auge de la Inteligencia Artificial Generativa—, también se expandió el alcance de su proyecto. El investigador del MIT se convirtió en un referente de la telepresencia.
Fuente: tn.com.ar