Comunicarte con tu gato a través de un programa en tu celular pareciera un concepto del futuro. Sin embargo, ya es posible a través de la app Meow Talk que traduce los maullidos de tu mascota para que sepas si tiene hambre, sed, miedo o alguna otra sensación.
De acuerdo con Fabián Romo Zamudio de la Dirección General de Cómputo y de tecnologías de la información y de comunicación (DGTIC) de la UNAM, se trata de una app que se encuentra en sus primeras versiones.
¿Cómo funciona? Los mamíferos emiten cierto tipo de sonidos que pueden expresar dolor, angustia, hambre, sed, entre algunos otros, y esta aplicación busca reconocerlos. Se llama aprendizaje de máquina.
“Básicamente utiliza las capacidades de los teléfonos móviles para el reconocimiento de voz y mezclarlo con patrones que con el uso frecuente de la app pueden llegar a ser más precisos”, explicó el entrevistado.
El concepto de aprendizaje de máquina “no es nada nuevo”, tiene muchos años en existencia, pero últimamente se ha popularizado mucho más por las cuestiones de inteligencia artificial.
“Forma parte de las diversas metodologías utilizadas en el ámbito de inteligencia artificial, por ejemplo, para la resolución e identificación de cierto tipo de problemas”.
Este tipo de aplicaciones de conocimiento de voz pasan por una especie de entrenamiento, donde identifican patrones. En este caso, la repetición de dichos sonidos: tonos graves, agudos, extensiones, duraciones e intensidades son clasificados y asociados a algún tipo de comportamiento o sentimiento. Del maullido del gato o el ladrido del perro. En alguna situación de hambre, de sed, angustia o sensación de bienestar.
Conforme se asocia este tipo de sonidos a los comportamientos “es mucho más fácil que un sistema de reconocimiento de voz identifique mejor el sonido con la percepción de algún sentimiento”.
Por otra parte, convierte el lenguaje en algo más sofisticado, no solamente el humano, sino de otras especies.
“Sin lugar a dudas es un nuevo campo de exploración, así como los sonidos de las ballenas, los delfines o algunos otros. Creo que los humanos tenemos mucho que aprender, desarrollar e investigar.
Sin embargo, los intentos de este tipo son muy interesantes y se llevan a la realidad a partir de datos científicos y el uso de herramientas tecnológicas que nos llevan a conclusiones eficientes.
“En un futuro creo que habrá herramientas que permitan identificar signos de expresión por parte de otras especies,” concluyó.
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