En el mundo del gaming, México ya no juega en modo principiante. Lo que antes era un mercado de consumo silencioso, hoy se convierte en un actor con voz propia dentro de la industria de los videojuegos, no solo como comprador, sino como desarrollador, creativo y socio estratégico.
Tan solo en 2024, los ingresos por videojuegos en el país alcanzaron los 2,332 millones de dólares. Esta cifra posiciona a México como el mercado más grande de América Latina en este sector. Además, con más de 76 millones de jugadores activos, la nación demuestra no solo apetito por los títulos más populares, sino también talento para crearlos.
Impulso digital y nuevas inversiones en videojuegos
El fenómeno va más allá de las consolas y pantallas. La expansión del ecosistema de videojuegos está impulsada por factores clave como el crecimiento de la infraestructura digital, el aumento del comercio electrónico y la profesionalización del desarrollo local. Empresas internacionales han comenzado a voltear hacia México, reconociendo su potencial tanto creativo como económico.
Por otro lado, las universidades e instituciones educativas están respondiendo a la demanda con programas especializados en desarrollo de videojuegos, diseño interactivo y arte digital. El resultado: una generación de talento lista para exportar ideas, no solo importar tecnología.
En ciudades como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México ya florecen clústeres tecnológicos con estudios independientes que producen títulos originales y colaboran en proyectos globales. El país empieza a perfilarse como un hub creativo donde la cultura local también se integra en el diseño de videojuegos, marcando una identidad propia en el mapa internacional.
