Noviembre deja una conversación clara dentro del ecosistema gamer. La idea de que PlayStation 5 tendría un catálogo sólido de juegos exclusivos ya no se sostiene como antes. Una imagen difundida por PlayStation Japón, pensada para presumir la historia de la consola, terminó confirmando algo que la comunidad viene señalando desde hace tiempo.
El material repasa los títulos lanzados durante los últimos años en PS5 y muestra un dato contundente. Salvo contadas excepciones, la mayoría de los juegos relevantes dejaron de ser exclusivos. Producciones asociadas históricamente a la marca ahora también están disponibles en PC u otras plataformas, diluyendo uno de los pilares clásicos del negocio de consolas.
Entre los pocos títulos que siguen siendo exclusivos reales se encuentran ASTRO’s Playroom y Demon’s Souls. En contraste, franquicias y lanzamientos recientes como God of War, Horizon, Spider-Man, Death Stranding 2 o Ghost of Tsushima ya rompieron la barrera de la consola única. La estrategia apunta a ampliar audiencias más que a proteger catálogos cerrados.
Este cambio responde de forma directa a decisiones corporativas de Sony Interactive Entertainment. La compañía apostó por el modelo multiplataforma para maximizar ingresos y justificar los altos costos de desarrollo actuales. En consecuencia, el atractivo de la consola dejó de depender únicamente de juegos que solo pueden jugarse en PS5.
El nuevo valor de PlayStation 5
Con la generación ya avanzada, el debate se vuelve más evidente. Para algunos jugadores, la apertura significa acceso y comodidad. Para otros, implica una pérdida de identidad frente a generaciones anteriores donde los exclusivos definían la compra de hardware.
El dato que termina de marcar la tendencia es comercial. Sony ha confirmado que las versiones para PC de sus grandes franquicias han generado cientos de millones de dólares adicionales, convirtiéndose en una fuente clave de ingresos para la marca.
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