Las cámaras de videovigilancia ya no solo graban, ahora previenen delitos en tiempo real. Gracias a sistemas inteligentes y una red cada vez más robusta, más de la mitad de la población urbana de México vive bajo una capa de protección tecnológica que se expande con rapidez.
Crecimiento acelerado de la videovigilancia en México
Desde 2018, el número de cámaras de vigilancia pública en zonas urbanas ha crecido más del 80%. Solo entre 2023 y agosto de 2025, se instalaron más de 110 mil nuevos dispositivos, superando los 308 mil en funcionamiento. La mayor parte opera en áreas metropolitanas como CDMX, Guadalajara y Monterrey, donde la densidad urbana y los índices delictivos requieren monitoreo constante.
El gobierno federal, junto con estados y municipios, ha impulsado este crecimiento como parte de estrategias de seguridad pública. Además, muchas cámaras están conectadas a centros de monitoreo con inteligencia artificial que puede detectar comportamientos sospechosos, reconocer rostros o activar alertas automáticas. No es ciencia ficción: es México, hoy.
Protección digital con impacto real
Actualmente, 57% de los mexicanos que viven en ciudades están cubiertos por estos sistemas. Esto representa un cambio notable frente a 2018, cuando la cobertura apenas alcanzaba al 26% de la población urbana. Del mismo modo, las ciudades con mayor despliegue tecnológico han reportado disminuciones específicas en delitos como robo de autos o asaltos en vía pública.
El uso de datos en tiempo real permite a las autoridades tomar decisiones más rápidas y efectivas. Por ejemplo, el C5 de la Ciudad de México reporta que puede despachar unidades de emergencia hasta 40% más rápido cuando las alertas provienen del sistema de videovigilancia.
En paralelo, la inversión en infraestructura digital ha crecido más del 60% en dos años, reforzando una tendencia que ya impacta la forma en que los ciudadanos viven y se mueven.










