La firma digital puede ahorrar horas de trabajo a las empresas, además de que permite una digitalización de diversas tareas empresariales.
La firma electrónica es un conjunto de datos electrónicos que acompañan o que están asociados a un documento electrónico y cuyas funciones básicas son: identificar al firmante de manera inequívoca y asegurar la integridad del documento firmado.
Automatizar procesos de facturación, de finanzas o de contabilidad, agilizan el trabajo.
La firma electrónica simplifica multitud de trámites. Además mejora la gestión administrativa y documental, aporta trazabilidad y transparencia, y, sobre todo, brinda seguridad.
Por eso, Xertica, una empresa especializada en soluciones digitales cloud y DocuSign, que permite gestionar acuerdos electrónicos, firmaron una alianza con el objetivo de extender esta tecnología a los usuarios de América Latina.
¿CÓMO CUIDARLA?
Para garantizar la seguridad de las firmas digitales es necesario que estas tengan las siguientes características: deben ser únicas; al ser generadas por el firmante, son infalsificables.
Para ser infalsificables, deben ser computacionalmente seguras. También deben ser verificables (tanto por los receptores de las mismas como por jueces o autoridades competentes, si es necesario).
Son innegables pues el firmante no debe ser capaz de negar su firma y son viables, es decir, las firmas deben ser fácilmente generadas por el firmante.