La noche del pasado martes, habitantes de Colima, Jalisco y Michoacán fueron testigos de la caída de bólido, esto es, un meteoro cuya masa es del orden de las toneladas que luce brillante al entrar al a la atmósfera y que, generalmente, se desintegra antes de tocar tierra.
El peculiar fenómeno astronómico fue captado en video por diversas cámaras de monitoreo ubicadas en los mencionados estados de México. Tras chocar con la atmósfera, el cuerpo celeste generó un estruendo e iluminó por completo el cielo durante algunos segundos.
La Unidad Estatal de Protección Civil de Colima confirmó la entrada del astro sin identificarlo. El Centro Universitario de Estudios Vulcanológicos de la entidad puntualizó que “al parecer todo indica que se trata de un bólido”. La caída del meteoro generó una “onda de choque” que pudo ser detectada por los sismómetros, sensores de infrasonido y las cámaras de monitoreo de la institución universitaria.
“La señal se detecta primero en las estaciones sísmicas al sur del volcán y se va moviendo del sur al norte. Los espectrogramas nos indican que existen frecuencias en las señales por arriba de los 20 Hz, lo cual indica que pueden ser escuchadas por las personas ubicadas en la región”, señaló el centro universitario.
De acuerdo con la Red de Detección de Bólidos del Cono Sur (Bocosur), los bólidos son meteoros con tamaño y niveles de luminosidad superiores al promedio. Son resultado del proceso de ablación que experimentan los meteroides (fragmentos de asteroides o cometas) que ingresan a la atmósfera de la Tierra.
Cuando un meteoroide ingresa a la atmósfera, se calienta por los gases de los que esta se compone. Se sublima y reduce, al mismo tiempo que genera un efecto luminoso. Entonces se convierte en un meteoro, popularmente conocido como estrella fugaz. Un bólido es un meteoro especialmente luminosos.
Los bólidos tienen una magnitud que se mide en toneladas (los meteoros regulares tienen masas del orden de los kilogramos). Pueden ser observados a simple vista y al estrellarse generan un estruendo. La mayoría se desintegran en el aire. “Cuando la órbita de uno de estos meteoroides se ve afectada por algún factor externo y se ve atraído por la Tierra, se puede dar la llegada de un bólido”, explica un artículo de Bocosur.
Las lluvias de meteoros también derivan en la caída de bólidos al planeta, específicamente, los expulsados por los cometas que pasan cerca de la Tierra. Durante una lluvia de meteoros, “se pueden ver unos pocos bólidos esporádicos por hora, pero en las más fuertes se pueden llegar a ver decenas de bólidos por hora”, detalla la organización especializada.
Fuente: es.wired.com
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