Dormir menos de seis horas por noche en México es casi una epidemia silenciosa. Pero lo que parece solo una batalla contra el despertador, en realidad, puede desencadenar cambios serios en el cerebro. Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Neuroscience en diciembre de 2025 lo confirma: dormir poco altera la estructura cerebral y podría abrirle la puerta a enfermedades neurológicas.
Investigadores chinos descubrieron que quienes duermen poco no solo tienen más riesgo de problemas de memoria o concentración. En sus cerebros se observó una mayor actividad en la sustancia blanca, una red clave para conectar diferentes áreas cerebrales. Este cambio, lejos de ser algo positivo, podría indicar una reconfiguración anormal provocada por la falta de descanso.
El riesgo de enfermedades neurológicas también se eleva
La evidencia señala que esta hiperactividad cerebral está vinculada con trastornos como ansiedad, depresión e incluso enfermedades neurodegenerativas. Los expertos sugieren que este patrón en la sustancia blanca puede ser una especie de marcador temprano de estos padecimientos.
Del mismo modo, dormir mal influye en el sistema inmunológico, el metabolismo y la salud cardiovascular. Todo está conectado. Por eso, priorizar el sueño no es una cuestión de “mejor humor”, sino de salud integral.
Los autores del estudio analizaron a 120 adultos sanos y notaron que las personas con hábitos de sueño deficientes mostraban más actividad en regiones cerebrales asociadas al estrés. La ciencia sigue avanzando, pero el mensaje es claro: dormir bien es más que un lujo, es una necesidad vital.
Otra lectura recomendada: La medusa inmortal que podría revolucionar la medicina
