Cuando la nave espacial Europa Clipper de la NASA comience a orbitar Júpiter para investigar si su luna cubierta de hielo, Europa, tiene condiciones adecuadas para la vida, pasará repetidamente a través de uno de los entornos de radiación más severos de nuestro sistema solar.
Reforzar la nave espacial contra posibles daños causados por esa radiación no es tarea fácil. Pero el 7 de octubre, la misión colocó la última pieza de su “armadura” cuando selló la bóveda, un contenedor especialmente diseñado para proteger los sofisticados componentes electrónicos de Europa Clipper.
El ensamblaje de la sonda, pieza por pieza, tiene lugar en el Centro de Ensamblaje de Naves Espaciales del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA en el sur de California, antes de su lanzamiento en octubre de 2024.
“El cierre de la bóveda es un hito importante”, dijo Kendra Short, subdirectora del sistema de vuelo de Europa Clipper en JPL. “Significa que tenemos allí dentro todo lo que necesitamos. Estamos listos para cerrarla”.
Con solo 1 centímetro (menos de media pulgada) de espesor, la bóveda de aluminio de la nave espacial alberga la electrónica para el conjunto total de sus instrumentos científicos.
La alternativa de proteger cada equipo de piezas electrónicas por separado habría añadido costos y peso a la nave espacial, señala nasa.gov.
“La bóveda está diseñada para reducir el entorno de radiación a niveles aceptables para la mayoría de los componentes electrónicos”, dijo Insoo Jun, del JPL, copresidente del Grupo de Sondeo sobre Radiación de Europa Clipper y experto en radiación espacial.