Elegir el blindaje correcto no depende únicamente del tipo de vehículo, sino del entorno, la ruta y el perfil de riesgo del usuario. En México, los incidentes de agresión a automovilistas han crecido en zonas metropolitanas y corredores carreteros estratégicos, lo que ha llevado a empresas y familias a optar por esquemas de renta flexible de vehículos blindados, que permiten adaptar la protección a contextos cambiantes sin compromisos de largo plazo.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que, durante 2025, se registraron más de 9,500 robos de vehículos con violencia, un escenario que ha llevado a ejecutivos, familias y equipos corporativos a evaluar soluciones de protección móvil con mayor rigor. Bajo este contexto, Shel-Ha Solutions trabaja con una lógica clara, priorizar el análisis de riesgo antes que las suposiciones.
La clasificación internacional distingue entre niveles destinados a amenazas urbanas y niveles diseñados para escenarios de mayor potencia balística. En México, los blindajes más utilizados van de IIIA a V+, cada uno enfocado en un tipo de riesgo específico. En esquemas de renta, esta diferenciación cobra relevancia, ya que permite seleccionar el nivel adecuado para periodos definidos, rutas concretas o coyunturas específicas.
Shel-Ha asesora a sus clientes desde el diagnóstico inicial, considerando factores como rutas habituales, horarios y actividad profesional, con el objetivo de asignar el blindaje correcto durante el tiempo estrictamente necesario. Para complementar el diseño operativo, la empresa se coordina con Latrun en la definición de protocolos y trayectos cuando el perfil requiere seguridad ejecutiva integral.
Diferencias entre niveles y criterios de elección
El blindaje IIIA se enfoca en amenazas comunes en áreas urbanas, como armas cortas. Resulta funcional para perfiles que se desplazan regularmente en zonas densas y buscan discreción sin alterar maniobrabilidad. Para quienes transitan en regiones con antecedentes de agresiones de mayor calibre o rutas carreteras de riesgo, el nivel B6/VR6 ofrece protección adicional contra rifles de asalto y componentes reforzados en estructura y motor.
“Cada nivel tiene una razón de ser. No se trata de elegir el blindaje más alto, sino el que responde a la situación real del cliente”, comenta Carlos Juraidini Rumilla, director general de Shel-Ha Solutions. Añade que la movilidad y el tiempo de respuesta forman parte de la ecuación: “Un blindaje efectivo permite moverse, evitar el punto de riesgo y llegar a un lugar seguro sin perder control del vehículo, incluso cuando se trata de soluciones temporales”.
La selección del nivel de blindaje considera factores operativos clave, desde la capacidad de frenado hasta la distribución del peso. En unidades VR6, Shel-Ha incorpora elementos que fortalecen el tren motriz y optimizan suspensión y dirección para garantizar estabilidad, un aspecto crítico en vehículos destinados a renta. Latrun complementa la operación con esquemas de anticipación de rutas y monitoreo constante en perfiles que así lo requieren.
Decisiones basadas en análisis
En países donde la protección ejecutiva está más consolidada, como Estados Unidos y algunos mercados de Europa, la tendencia apunta a configuraciones híbridas: vehículos discretos, blindaje adaptable y protocolos complementarios, muchas veces bajo esquemas de uso temporal. México avanza en esa dirección con la integración de tecnología, inteligencia operativa y asesoría especializada, impulsando modelos de renta flexible como alternativa estratégica.
“Diseñamos a partir del riesgo, no de estereotipos. La prioridad es proteger la vida y asegurar que el vehículo siga siendo útil en la rutina diaria”, subraya Juraidini Rumilla.
El aumento en solicitudes confirma esa tendencia. La Asociación Mexicana de Blindadores reportó en 2025 un crecimiento sostenido en servicios corporativos y familiares, con mayor enfoque en discreción, análisis previo y movilidad. Frente a este escenario, Shel-Ha Solutions impulsa decisiones informadas, donde la renta de vehículos blindados y la elección del nivel adecuado forman parte de una estrategia integral y no de una respuesta aislada.
