Las aplicaciones que usas a diario podrían ser la razón por la que tu celular se vuelve lento, se calienta sin explicación o incluso deja de funcionar. Aunque parezca inofensivo, forzar el cierre de apps constantemente podría estar afectando tu dispositivo más de lo que imaginas, especialmente si estás en Colombia, donde cada vez más personas gestionan todo desde su smartphone.
Muchos usuarios creen que cerrar las aplicaciones en segundo plano ayuda a ahorrar batería o a que el celular funcione más rápido. Pero ocurre todo lo contrario. Al forzar el cierre, el sistema operativo debe reabrirlas desde cero cada vez que las necesitas, lo que gasta más energía y recursos. Esto es especialmente cierto en Android, donde la administración de apps en segundo plano está diseñada para optimizar el rendimiento, no para estorbar.
Cerrar aplicaciones puede dañar tu celular
Eliminar apps del multitarea no mejora el desempeño. De hecho, Android y iOS tienen sistemas inteligentes que suspenden las aplicaciones sin cerrarlas del todo. Forzarlas a detenerse interrumpe ese proceso y puede provocar sobrecarga del procesador o ciclos de batería innecesarios. En consecuencia, el teléfono trabaja más de la cuenta, y eso reduce su vida útil.
Además, muchas apps, como las de mensajería o banca, deben ejecutarse en segundo plano para recibir notificaciones en tiempo real. Si las cierras forzosamente, puedes dejar de recibir alertas importantes. Y si este hábito se vuelve frecuente, podrías generar errores en las propias aplicaciones.
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