A los pies del monte Fuji, donde antes solo había un terreno vacío y naturaleza, empieza a emerger una ciudad conocida como Woven City.
Este es el ambicioso experimento urbano de Toyota, que ya ha realizado la inauguración de su primera fase, de la mano de su presidente, Akio Toyoda.
Hablamos de una ciudad donde ya conviven inventores, ingenieros, visitantes y, dentro de poco, los primeros residentes. Y no hablamos de un decorado futurista ni un prototipo, sino de una ciudad viva, diseñada como un gran experimento a escala real.
El futuro ya es presente en Woven City
Tal y como podemos leer en el primer vistazo a la ciudad del futuro de Toyota, en una publicación disponible en ToyotaTimes, uno de sus primeros desafíos ha sido la seguridad, comenzando por el acceso a la propia urbe tecnológica. Bharath Balakrishnan, conocido como B2 en el equipo Woven by Toyota, lidera el sistema de registro de visitantes. A través de una app, los usuarios deben cargar su rostro y plan de visita, un requisito que parece 100 % burocrático, pero que permite filtrar y guiar a los recién llegados según el tipo de pruebas que se realizan en cada zona.
Woven City es un espacio mixto, dado que, en la actualidad, existen tanto áreas residenciales, como zonas de pruebas de movilidad, oficinas y calles abiertas al tránsito de vehículos autónomos. Por eso, la gestión de accesos va mucho más allá de abrir puertas: es un sistema inteligente, que delimita espacios según los perfiles y que prepara el terreno para futuros servicios integrados, como reservar vehículos a través de la misma app.
La movilidad, como era de esperar, juega un papel clave en la ciudad. Los vehículos autónomos envían datos a un servidor en la nube, con el fin de solicitar a los semáforos que se pongan en verde justo al llegar, evitando frenazos innecesarios. De momento, ya hay siete cruces equipados con esta tecnología. Como explicó el propio Akio Toyoda, la seguridad en Woven City se basa en tres variables: coches, personas y calles.
Fuente: elnacional.cat