El desinfluencing: la tendencia que frena las compras impulsivas en redes

Facebook
Twitter
Pinterest
joven navegando redes sociales reflexionando sobre consumo consciente y desinfluencing
El desinfluencing: la tendencia que frena las compras impulsivas en redes

La saturación de recomendaciones en redes ya cansó al consumidor digital mexicano. En México y en muchas otras latitudes, ha nacido un contrapoder orgánico: el desinfluencing, que invita a detenerse antes de comprar solo por impulso.

Este movimiento no aboga por dejar de consumir, sino por recuperar el criterio al navegar entre anuncios, “drops” y campañas virales. Especialmente entre la Generación Z se ha vuelto común ver creadores que no promueven productos, sino que alertan sobre lo que “no vale la pena”. Al decir “No compres esto” empezaron a viralizarse perspectivas frescas frente al torrente comercial digital.

Un movimiento digital que rompe con la lógica del consumo

El desinfluencing funciona como una pausa: primero cuestionar, luego decidir. Se trata de filtrar productos sobrevalorados, exponer estrategias de marketing disfrazadas y fomentar consumo consciente. En redes como TikTok, Instagram o YouTube proliferan reseñas honestas donde los “desinfluencers” comparan expectativas reales con promesas publicitarias.

Del mismo modo, el movimiento impulsa conversaciones sobre sostenibilidad y responsabilidad digital. Cada vez más usuarios comparten consejos para aprovechar lo que ya tienen, reciclar, reparar y evitar caer en la compra rápida solo por seguir una tendencia.

Las marcas reaccionan al desinfluencing

Del otro lado de la moneda, el fenómeno no está exento de contradicciones. Algunas marcas ya tratan de apropiarse del lenguaje del desinfluencing con campañas que aparentan ser críticas pero siguen vendiendo. Además, existe la presión de mostrar que uno “consume con criterio”, lo cual puede convertirse en una nueva forma de exhibicionismo digital.

Para los creadores, adaptarse a este aire crítico también significa replantear su estrategia: reconocer límites del producto, admitir errores o revelar qué tipo de contenido es patrocinado. Esa honestidad refuerza la credibilidad ante audiencias más escépticas.

Mira también: Brain rot y redes sociales en adolescentes

Noticias Relacionadas